Historia de la Accesibilidad I - Clasicas soluciones para grandes problemas

Los problemas de acceso al medio por parte las personas con algún tipo de discapacidad no es nada nuevo, ni mucho menos las soluciones para paliar estos problemas. Así por ejemplo, en el mundo antiguo existen algunos ejemplos de cómo el hombre ha intentado suplir la ausencia o falta de alguna funcionalidad. Así en Kazajstán fue hallada una huella de prótesis datada en el 2.300 AC y en Egipto, en un bajorrelieve del 2.000 AC aparece un príncipe con una pierna atrofiada (posiblemente como consecuencia del virus de la Polio) apoyado en una especie bastón o muleta. También de Egipto procede la primera mano artificial conocida datada en el 2.000 AC. De la que no se conoce otra variante que la que en 1.400 surgió, con pulgar rígido y flexión de dedos[1].

La silla de ruedas

Por otro lado, la primera silla de ruedas,  tiene sus raíces en muchos intentos de unir muebles con ruedas. Así en el 530 A.C., en Grecia, se colocaron unas ruedas a una cama, creando posiblemente el primer mobiliario con ruedas. Posteriormente en el 525 AC, en China, existieron otros avances semejantes, cuando deciden poner ruedas a una silla. Pero la primera silla de ruedas como tal, fue creada en 1595, llamada como silla para inválidos, y que fue hecha para Carlos V de España por un inventor desconocido, acoplando unas ruedas a un sillón y un reposapiés. Así mismo en 1655 un relojero parapléjico, de nombre Stephen Farfler, construyó una silla con chasis para 3 ruedas, que le permitió usar su propia fuerza para impulsarla. Posteriormente en 1783, John Dawson of Bath en Inglaterra, diseño una silla con dos grades ruedas y una rueda pequeña. Durante el siglo XIX se hicieron muchos cambios y se lograron incorporar tecnologías que iban apareciendo como el uso de gomas y los rines de bicicleta.
En 1932 el ingeniero Harry Jennings construyó para un amigo parapléjico de nombre Herbert Everest la primera silla plegada y de ruedas de acero, más conocida como silla de ruedas con marco en X. Este modelo es el mismo que conocemos como el clásico modelo de sillas de ruedas. Esta silla ha dado el nombre a unas de las marcas más importantes del mundo en la fabricación de sillas de ruedas: Everest & Jennings. Así mismo en 1916 apareció en Inglaterra la primera silla de ruedas con motor, pero no fue hasta 1956 cuando se comerció por primera vez la primera silla motorizada.

Comunicarse con persona con discapacidad auditiva

Con respecto a la lengua de signos, y aunque hoy en día se utilizan casi exclusivamente entre personas con sordera, su origen es tan antiguo como el de las lenguas orales o incluso más, en la historia de la Humanidad, y también han sido y siguen siendo empleadas por comunidades de oyentes. Así, la cultura amerindia de la región de las Grandes Llanuras de América Norte, empleaban una lengua de señas para hacerse entender entre tribus que hablaban distintas lenguas. En América también, concretamente en la isla de Manhattan, existía una tribu original en la que un gran número de sus integrantes eran sordos, debido a la herencia de desarrollo de un gen dominante, y que utilizaban como medio de comunicación una lengua gestual; así como en la isla de Martha's Vineyard al sur del estado de Massachusetts, donde debido al gran número de sordos se empleó una lengua de señas que era de uso general también entre oyentes, hasta principios del siglo XX. Pero fue en el año 1620 cuando Juan de Pablo Bonet [2] publica el libro “Reducción de las letras y Arte para enseñar á hablar los Mudos”, considerado como el primer tratado moderno en el que se desarrollaba un método de enseñanza oral de los sordos mediante el uso de señas alfabéticas configuradas unimanualmente, que fue divulgado en toda Europa, y paulatinamente en todo el mundo, el alfabeto manual, útil para mejorar la comunicación de los sordos. En esta obra, aparece un abecedario ilustrado mediante grabados calcográficos de los signos de las manos que representan las letras del alfabeto latino. Partiendo de la obra de Bonet, Charles-Michel de l'Épée publica el siglo XVIII su alfabeto, que básicamente es el que ha llegado hasta la actualidad, siendo conocido internacionalmente como alfabeto manual español.

Problemas de visión y accesibilidad

Con referencia a las persona con discapacidad visual  el primer hito para su alfabetización puede decirse que empezó en 1786 en París, gracias a Valentin Haüy, un filántropo francés que intento retirar a este colectivo de la mendicidad. Por ello fundó el primer colegio para ciegos en el que se impartían clases a sesenta niños ciegos instruyéndole en las diferentes asignaturas confiando a la transmisión oral y la memorización la adquisición de los diferentes conocimientos. Así mismo desarrolló el primer método de impresión de libros para ciegos que consistía en presionar una cartulina mojada sobre caracteres de gran tamaño hechos de plomo, con el inconveniente de que los libros eran grandes pesados, añadiendo que su lectura era muy lenta. Otro avance significativo vino de la mano de Charles Barbier, de profesión militar que desarrolló un modelo de escritura y lectura basado en diversas combinaciones de puntos y rayas formando signos que representaban los diferentes sonidos del lenguaje, no las letras del alfabeto con el fin de que los soldados pudiesen descifrar por la noche consignas secretas [3]. Este sistema lo mostró en el colegio de la Institución Real para Niños Ciegos de París donde se encontraba internado, contando pocos más de 10 años, Luis Braille, que se había quedado ciego a los tres años; y con teniendo trece años de edad, comunicó a Barbier estas deficiencias asombrándose éste de que los ciegos aspirasen a utilizar un alfabeto completo. Posteriormente Braille decidió  simplificar el método sonográfico de Barbier y completarlo en los aspectos que resultarían imprescindibles para disponer de un auténtico alfabeto, que dispusiese de todas las letras, los acentos, los signos de puntuación y los signos matemáticos utilizando sólo seis puntos y algunas rayas horizontales que más adelante eliminaría. Finalmente, después de largas investigaciones, el nuevo sistema de lectoescritura tendría exclusivamente seis puntos, con los que se podrían formar 64 signos diferentes, incluyendo el espacio en blanco. Entre 1827 y 1828 se transcribieron manualmente los primeros libros al nuevo sistema y en 1829 se publicó también a mano el "Método para escribir palabras, música y canciones sencillas mediante puntos, para uso de ciegos y especialmente diseñado para ellos" escrito por Luis Braille. La primera obra hecha en una imprenta para la producción de libros en el nuevo Sistema fue una Historia de Francia publicada en tres tomos en 1837. Hasta dos años después de la muerte del inventor del método, ocurrida en enero de 1852, no fue reconocido oficialmente en Francia como el sistema de escritura para ciegos. Posteriormente se adopto en Suiza y en Alemania, y en 1878 se celebró en París un congreso de varias naciones europeas  para evaluar de los distintos métodos de impresión y escritura para ciegos, y se acordó la adopción del Sistema que desde entonces se viene utilizando.

Accesibilidad tecnológica. Subtitulado y audiodescrición

Por último hacer un breve apunte sobre dos técnicas que hacen accesible los medios audiovisuales: el subtitulado para sordos y la audiodescripción. Los subtítulos para sordos surgieron en 1973, aunque su germinación tal y como se la conoce hoy, procede de la cadena americana NBS cuando investigó la posibilidad de transmitir señales de frecuencia de tiempo en el intervalo blanco vertical (IBV) con el fin de introducir títulos en pantalla que luego se verían mediante un decodificador. Este proyecto, en principio pensado para uso interno de la compañía, no se llegó a desarrollar pero lanzó la idea de emplear el IBV para transmitir subtítulos cerrados que se harían visibles mediante un decodificador. Como se ha dicho fue en 1973 cuando la PBS transmite por primera vez programas con subtítulos abiertos pero las protestas fueron tantas que obligaron a retomar el estudio de los subtítulos cerrados. Así, en 1975, esta cadena solicitó a la Comisión Nacional de Comunicaciones un segmento de señales de TV para transmitir subtítulos cerrados y, a partir de 1976, la línea 21 del IBV se destinó a ese uso.

Tras años de estudio y preparación, es en 1980 cuando las cadenas americanas ABC, NBC y PBS emiten con subtítulos cerrados para sordos tres horas de programación a la semana. Dos años después, en 1982 la compañía Instatext presenta el primer sistema de subtitulación en tiempo real, que se estrenó en la transmisión de la ceremonia de entrega de los Oscars de ese año. Sin embargo, todos estos avances no servían de mucho si los espectadores no disponían de los aparatos necesarios para decodificar dicho sistema. La solución a este problema llegó en 1990, año en el que se firmó la Television Decoder Circuity Act y se aprobó una ley que obligaba a las compañías de televisores y vídeos a incorporar en sus aparatos un decodificador interno a partir de 1993. En 1996, la Comisión Nacional de Comunicaciones de los Estados Unidos establece que, a partir de 2003, el 100% de las películas que aparezcan en los canales de televisión de ese país debe ir acompañado de subtítulos cerrados para el receptor sordo
En Europa, la BBC fue y sigue siendo la cadena líder del subtitulado para sordos (Izard, 2001) comenzando sus investigaciones en la década de los 70, utilizando también el IBV en el que introdujo el teletexto, un servicio de información complementaria, a través del cual se realizaba la emisión de los subtítulos cerrados.  En España, el subtitulado para personas sordas tuvo sus primeras experiencias en España en 1990, de manera simultánea, a través de los servicios de teletexto de TVE y TV3 (Televisión Catalana), siendo TVE la única cadena de cobertura estatal que ofrecía programación subtitulada. Cabe decir que los subtítulos se emitían de manera ocasional y, tampoco existían iniciativas paralelas que proporcionaran a las personas con discapacidad auditiva el acceso a los medios audiovisuales. Este vacío fue el que motivó a la Confederación Española de Familias de Personas Sordas (FIAPAS) a considerar la necesidad de impulsar la eliminación de las barreras de comunicación y la accesibilidad de las personas con discapacidad auditiva a los medios audiovisuales y en 1993 celebró, en colaboración con el IMSERSO, el Simposio Internacional sobre Supresión de Barreras de Comunicación y, posteriormente, un Seminario con el mismo contenido, del que merece la pena destacar el dedicado a la “Televisión accesible para personas con deficiencias auditivas”, para el que se contó con la participación de un experto del departamento de subtitulado de la BBC del Reino Unido, cadena europea pionera en esta materia, creándose por primera vez, la oportunidad de contar con un foro especializado y con profesionales de dilatada experiencia sobre la materia que han sido referente de las posteriores iniciativas. Además crea y gestiona el Programa Videoteca subtitulada para personas sordas.
Por otro lado en los 70 surge una tecnología accesible aplicada a las persona con discapacidad visual, conocida como audiovisión o audiodescripción, que consistía en añadir una pista de audio donde va grabada una voz que describe la imagen, utilizando para ello los espacios que dejan libres la banda sonora original, que solo podría escucharse por la persona con discapacidad visual, sin afectar al resto de espectadores. La primera enunciación de la técnica fue hecha por Gregory Frazier [4], y junto a  August Coppola, hermano del famoso cineasta, comenzó a divulgarla. Fue el hermano de este, Francis Ford Coppola, en 1998, el que realizó la primera película con audiodescripción, titulada “Tucker” [5]. En 1989, tres estudiantes franceses de Freizer, se ponen en contacto con la Asociación Francesa “Valentin Haüy” presentando la idea, siendo la primera película audiodescrita en francés “Indiana Jones y la última cruzada”. En 1989 es presentado e implantado en el Festival de Cannes, y también fue Francia el primer país en introducirlo en el Teatro, concretamente en 1993 en el Teatro Nacional Chaillot de París. En el Reino Unido será el Teatro Robin Hood de Newark el que adopte las ideas de Freizer y en ese mismo año produce “El sueño de una noche de verano” de Shakespeare. Por otro lado, en 1987, cuando en España surge el proyecto Sonocine, presentándose un año después con la película “El último tango en Paris”, consiguiendo una amarga crítica [6]. El proyecto Sonocine fue la base de otro proyecto de audiodescripción llamado Audesc creado en 1994 y que abarca todos los estilos y géneros. España fue el primer país occidental en hacer la televisión más accesible a las personas con discapacidades sensoriales.

Finalmente en España y bajo las circunstancias antes descritas, en 2.004 se firma un protocolo para  la creación del Centro Español de Subtitulado y Audiodescripción (CESyA), entre el Gobierno nacional, el sector de la industria audiovisual, y tres entidades de la discapacidad (FIAPAS, CNSE y CERMI). El CESyA es un centro dependiente del Real Patronato sobre Discapacidad - Ministerio de Sanidad y Política Social, cuyo proyecto multidisciplinar es favorecer la accesibilidad en el entorno de los medios audiovisuales, a través de los servicios de subtitulado y audiodescripción.  Entre sus objetivos destacan la creación y gestión de un servicio de base de datos que contenga referencias del material subtitulado y audiodescrito disponible, la coordinación de acciones de investigación y formación homologada y la contribución en iniciativas de normalización, comunicación y sensibilización social sobre accesibilidad audiovisual.


[1] En 1510, Ambroise Paré desarrolla diversos artificios protésicos: una brazo artificial y la primera mano estética de cuero y en 1818 Peter Beill idea la primera prótesis de antebrazo movida por el tronco
[2] Anteriormente, el monje benedictino Fray Pedro Ponce de León (1520-1584), desarrolla el método práctico de instrucción, técnicas de aprendizaje oral, lectura labial y pronunciación
[3] El nuevo método se llamaba Sonografía, y para escribirlo se usaba una tipo de regla con siete surcos poco profundos y una pinza que se hacía rodar verticalmente siguiendo los renglones. En la pinza había una especie de ventanitas donde podían formarse los signos presionando con un punzón sobre la hoja de papel que se colocaba entre la pinza y la regla.     La sonografía tenía problemas importantes: se trataba de un código basado en el sonido del lenguaje, pero no permitía el deletreo de las palabras, la acentuación de las vocales, los signos de puntuación de un texto, ni tampoco preveía la realización de operaciones matemáticas o la escritura de partituras musicales.

[4] La realizó en su tesis “Master of Arts” presentada en la Universidad de San Francisco. Llego a  concedérsele un Premio Emmy por su trabajo
[5] “Etucker. Un hombre y su sueño” (Versión en castellano)
[6] Maruja Torres publico en El País una columna en contra, entre otros columnistas



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